martes, 30 de abril de 2013

En CRISTO Somos UNO


    ¿Qué significa hablar hoy de ecumenismo?



Sin lugar a dudas el hablar  de Ecumenismo hoy es una invitación a volver a las fuentes y origen mismo del Cristianismo, es dar la mirada sin apasionamientos a la Historia y Plan Salvífico de Salvación. Es simplemente desarmar el corazón y hasta la propia mente de barreras y murallas invisibles que no han permitido cultivar la verdadera fe del creyente.

El Ecumenismo nos invita hoy a gozar de la dicha del encuentro fraterno con el que es mi hermano, mi prójimo de igual manera a abrazar la Escritura fuente de todo bien y de toda unidad, es también reconocer lo que ha hecho historia y lo que viene por delante como responsabilidad de lo que hagamos o dejemos de hacer como cristianos no importando la denominación.

Hablar de Ecumenismo en la época actual es renovar la mente para los tiempos modernos donde la Palabra de Cristo sigue actual y actuante, donde es indispensable la formación y el aprendizaje significativo para poder dar razones de  fe desde el corazón, fe desde la mente (razón), fe desde la acción. Es continuar camino que otras han trazado y corresponde a nosotros seguir nutriendo.

Es por eso que es posible un conocimiento para nuestros días mucho mayor de la realidad y querer de Dios por parte de los hombres, en otras palabras una experiencia religiosa auténtica que invita a la transformación de vida, como al descubrir igualmente la presencia universal de todos los dones y gracias en el curso de la historia religiosa de toda la humanidad, he aquí la importancia de un encuentro y diálogo ecuménico para nuestro mundo.

Hoy lo que cuenta en verdad y sobre todo para la Iglesia, hablando como cristiano católico son los hombres en su realidad particular y la relación de este en comunidad, interesa mucho más el hombre que cualquier clase de sistema que haya querido oprimirle a lo largo de la historia, interesa el hombre que con frecuencia son mejores  que las formas culturales y religiosas  mediante las cuales se expresan. En definitiva el ecumenismo nos permite comprender que los hombres, y no las religiones son los hijos de Dios.

La base pues para un ecumenismo en pleno siglo XXI es seguir abriendo las puertas de nuestra casa la Iglesia, para que de este modo las demás denominaciones religiosas, credos, manifestaciones de fe puedan ver de una manera clara y concreta como vivimos al interior de nuestra amada Iglesia Católica y reforzada la palabra (enseñanza)  con el ejemplo de vida podremos dar testimonio de Aquel que es el Camino, Verdad y Vida para todos los hombres.

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